Es alegría, es mi disciplina.



Alguna vez me hicieron los siguientes planteos: “tu felicidad es una farsa”, “tu sonrisa a veces es forzada, y esconde una pena...”,”no podes tener todos los días con el pie derecho”, “pasan cosas que deberías lamentarte”, “hacete cargo del sufrimiento...” y demás similitudes que ponen en duda ese reflejo del alma feliz que canto... y mi respuesta a todos esos planteos es: Si. Un simple y sencillo: Si. Es real, y soy real, y el día que mi sonrisa sea una farsa, por favor, que alguien me arranque los dientes por ingrata. Si, ingrata a la Vida, a la Naturaleza, a esta Energía que corre por mi cuerpo y me mantiene encendida... Por supuesto que tengo penas, pérdidas, engaños, malas inversiones, sobre todo emocionales y temporales. No llego hasta la bandera en la parte más alta, me tropiezo estando sentada, me ahogo con oxígeno, y lastimo a otros por la ceguera egoísta de mi mente mundana... Pero, es entrenamiento. Fui a una escuela, que me enseñó la mejor filosofía que podría haber recibido, esa, la de las películas cholulas donde el luchador fiel, se convierte en héroe por pensar en su amada, la de creer en uno mismo, esa que te dice: “¿No das más? Que pena, porque seguís con vida, y lamento decirte que no te vas a morir ahora, así que.. tenés que seguir peleando, falta para que termine la película, sos el actor principal y no sos Leo di Caprio”... “pecho” Dice la Chiné (Esos son la escuela, Chines y Armando)

Qué quieren que les diga, al lado de mi pie izquierdo, está el derecho... Y es real, “la superación está más allá del límite”.


La alegría, la clave del entrenamiento, es una milicia de positivismo, confianza y creencia en uno mismo. En el poder de sonreírte y aceptar la vida que te desafía todo el tiempo. Me volvi sonriente por vicio... Cada cosa que pasa, cada pie izquierdo, me libera una carcajada. Si, me le río a la vida a más no poder, porque sé que me viene a desafiar, y que le voy a ganar... Y entonces, sonrío, plena.


Este año tuve un sentimiento que me compartieron (y no conocía, lo venia esquivando desde chica)...: La Frustración. Claro, si uno anda chocho con la vida, desafiándola todo el tiempo, aceptando y aprovechando cada vez que la wachita gana un round para cambiar la rutina de entrenamiento, meterle más pilas, aumentar los músculos, las energías, y crecer en la revancha; la frustración es algo desconocido. Uno vive contento, alegre. Pleno. Sonriente. Ese sentimiento de derrota sin revancha, de mantenerse en el estado de máximo perdedor, fue algo que me desconfiguró, no entendía como podía sentir algo tan denso en el pecho, la nada misma con todo su peso en el centro, el simple hecho de sentir disconformidad, debilidad, inseguridad, desconexión total con el Todo, Incredulidad. Todo eso me llevó a una desestabilizadora angustia, todo eso fue la frustración, el no saber qué hacer, el no querer hacer, el caprichoso sentimiento de la debilidad para sostener la toalla, y la cobardía de soltarla. Esperar morir sabiendo que La Vida no te mata todavía, que tenés que luchar, pero, sos incapaz, no tenes capacidad ni para respirar...y la wachita que te agita “Dale loco, atacame, defendete si so macho, dale...” con ese tono burlón y la gigante sonrisa del maravilloso gato de Alicia...y nada...no haces nada, recibís los golpes como un zombi, toleras, lloras, te desangras, te desarmas... Nada. Un estado eterno de no morir, de no poder renunciar, de no ser capaz de atacar.. de esperar que la muerte haga en vos el trabajo que vos no sos capaz de hacer. Queres dejar de pelear, y el contrincante que te sigue atacando, Tu Vida, te sigue atacando, sólo para provocarte la respuesta, un movimiento, una acción, para provocarte aliento, tomar aire, tomar tu vida... Un eterno agujero negro en tu fortaleza, que espera ansiosa tu orden para el ataque, total, ella sabe que “lo que no te mata, la engrandece...” (frases trilladas, Amén...)


¿Cómo alguien puede permitirse sentir algo así? ¿Cómo alguien se banca ese peso en el pecho? El peso de la nada... ¿Cómo se tiene tanto coraje para permitirse tanta inseguridad y abandono en la confianza, en la creencia de uno mismo?


¡Qué bueno que soy tan cobarde! Qué bueno que la alegría no es tan corajuda!

Mi alegria, esa herramienta, que me defiende, bloquea ese sentimiento, no lo deja entrar. Agarra toda esa nada pesada, y la ridiculiza, la libera con risas...


Y Hoy me rio.. fue otro round que me jugó la vida, me enfrentó con ese bichito, me contagié, perdí un round, y después, me empecé a reír a carcajadas,y ahora que me acuerdo, me río... sonrío en este teclado, y le sonrío a mi entrenador, (Chinesos Nalinesos) la clave de mi aprendizaje. Jajaja!!! Liberadora risa!! Pensar que estuve a punto de dejar a esa nada misma apoderarse de todo mi Ser y fluir por todas mis venas!!! jaaaa!!!! De la que me salvó la alegría!


Agarre mi toalla, limpié la frustración, y con un fresco trago de alegría apretujé a la vida, agradecida, y cada vez más enamorada de lo que me enseña y del modo en que me enseña. La Vida juega en modo facilito conmigo. Y mi pequeño cerebrito ignorante de conocimiento, pero lleno de emociones, está enamorado de la Vida, por eso esta constante Alegría, por eso me sobran energías, intensidad, y “pieces” derechos. Por mi escuela, por mi disciplinante pero fluctiva alegria.


Perdón a los que agoto con tanta alegría, es sólo que me desespero por compartir el opio que me genera.







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