Amar y sonreir.

Pequeño, zapatillas número 24, negras del barro,  la bici, el pisotón.
Niños y cachetes paspados, natural combinación.
Las manos, raspadas como las rodillas, un manchón verde por la caída del árbol. Y claro, Robin tenía que trepar alto para ayudar a Batman. Estaba un poco enojado, está vez a le tocaba ser Batman, Pero Nico, siempre le ganaba. No importaba, había que jugar, salvar los peluches del águila dorada era mucho más importante que ser Robin, o Batman.
Jugar. En dos pasos, todas las posibilidades: en el rincón de la cocina se veían los tiburones, pero cuando cruzabas el pasillo, dos pasos a la izquierda, tenías que presentarte ante el Conde Drácula para pasar al Polo Norte por el túnel del tiempo infinito y llegar a Júpiter, Plutón, o la reunión secreta de los Superhéroes de los tazos que traían las galletas.
EL mundo en un paquete de galletas, todo el universo en talle 24, fracasar no existe.
Pero claro: "que cuidado con la esquina, que no te trepes, que eso no se hace, que inventa algo nuevo, que desarróllate, que crece, que mantene distancia, que no te confies, que el viejo de la bolsa, que lo bueno acá y lo malo allá, que de que vas a vivir, que "Algo tenés que ser para ser Alguien" "que podes fracasar y de esa no te salvas." Como si respirar y caminar por estas calles te sacaran esa "alguienidad" con la que naciste, que solo esta en un oficio remunerado, o desarrollativo, productivo y capacitor.

Y quede, en ese instante donde resuena esa pregunta en diafragma: "¿Qué quiero de mí?"
La pregunta más sencilla, con la respuesta más difícil. ¿Cómo una pregunta Tan subjetiva, personal y esencial, puede volverse TAN conflictiva y caprichosa?
Resonante me aturde en confusiones.
Hay algo en esa resonancia con boca de cobardía.
Es más simple de lo que creés.
Es más fluido de lo que organizás.
Buscar el bienestar en las vísceras, en el pecho, en las costillas.
Controlar el frenesí, ser consciente de las cosas que elegís, de la calle para caminar, del perfume para invadir espacios, de los regalos para autocomplacerte, ser consciente de las cosas que elegís para disfrutar el día.
NADA ES MÁS IMPORTARTE QUE SENTIRTE BIEN Y CON CONSCIENCIA  BUSCAR LOS DETALLES PARA DISFRUTAR EL DIA.
Que el niño y su bandera, no se tratan de Batman, Robin, o el ladrón de Bancos. Que "lo esencial es invisible a los ojos" y derrapa como cascada.
 ¿Qué es la Vida si no es amar y Sonreir cada día?


Fotografia de @jimenahernandez

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